Triple Salto Verbal
(Lo que nos decimos), pero he decidido llamarlo Saltos Verbales porque suena más guay.
El mundo es complejo y somos fieles seguidores de la certeza, algo tremendamente escaso.
Buscamos mantener una idea del mundo que nos proporcione coherencia y nos haga sentir seguridad. Instalarse en la posibilidad de que las cosas no sean ciertas siempre, sino cambiantes (nuestra identidad también), es una tarea que implica incomodidad.
Sí, tú cambias, porque eres lo que haces, piensas y sientes. Y lo que haces, piensas y sientes va cambiando todo el rato.
Aunque asumir esto puede ser doloroso. (Casi) todo es incierto todo el rato, no hay nadie al volante en este viaje.
Huimos de la incomodidad, de la incertidumbre y la poca sensación de control que nos reporta el entorno que nos rodea.
En ese momento es cuando realizamos los saltos verbales.
Saltando, aterrizamos en una realidad que nos compensa, al menos a corto plazo, seguir viviendo.
Saltando, tendemos a rellenar los huecos que aparecen en la historia que nos contamos a partir de los hechos. Los “saltos verbales” son un concepto que yo me he inventado para referirme a lo que nos decimos (o decimos a los demás) sobre el mundo. Pero llamarlo “salto verbal” me parecía más guay como concepto.
“Hacer un salto verbal”, es aquella manera de rellenar los vacíos a los que constantemente estamos expuestos y que nos hacen, de alguna manera, sentir vulnerables.
El silencio (haciendo referencia al silencio como la falta de una respuesta certera y no como la ausencia de ruido) nos irrita. Ese silencio, que más bien sabe a ‘vacío’, nos pone en una posición desagradable de la que buscaremos salir, tirando de cualquier hilo que nos dé la sensación de llenar ese hueco de una manera coherente.
Pongamos ejemplos porque sino aquí mucha teoría y poca aplicación a la vida:
La infidelidad
(El caso de Jaime y Lola, nombres inventados)
Tras recibir durante varios meses el rechazo de Lola para mantener relaciones sexuales, a Jaime le surge una incertidumbre muy incómoda. ¿Qué está pasando?, ¿me seguirá queriendo?- se pregunta.
Esa incertidumbre inicial hace despertar un montón de dudas más, es muy incómodo para él tener tanta falta de control de lo que está ocurriendo.
Se presenta el vacío, toca hacer un salto verbal.
Jaime decide hacer el salto verbal que más a mano tenía: “si no quiere tener sexo conmigo es que ya no le atraigo”. Jaime se siente poco querido y valorado.
Jaime de repente empieza a interactuar con Susana, la del gym, con la que frecuentemente coincide pero con quien nunca había tenido mucha conversación. (Si, con interactuar me refiero a tontear). Con el tiempo, el interés y el afecto que ella le muestra, se convierte en una parte de su entorno a la que Jaime quiere volver recurrentemente.
Esto acaba mal, todos lo sabemos. Jaime y Susana tienen una relación sentimental secreta. Lola está sufriendo una infidelidad.
Jaime ha aliviado su incertidumbre con su salto verbal.
Ya ***sabe*** que a Lola no le atrae.
Lo que no sabe es que se equivoca. Su mundo coherente no es el mundo real.
A Lola le atrae, pero Lola y él no se han detenido a hablar sobre el asunto. Igual es que Lola se siente presionada a hacer algún tipo de práctica sexual y la insistencia ha hecho que Lola haya asociado tener relaciones con emociones desagradables por no tenerse en cuenta sus preferencias.
Para tener esta conversación, claro está, hay que asomarse a partes del mapa por descubrir. No son conversaciones fáciles. Hay que asomarse al vacío. Cuestionarse el ‘status quo’ de las cosas. Cuestionarme mi posición en el mundo y mi rol dentro de la relación es de todo menos una sensación de control y coherencia con mis ideas, que entrarían en tela de juicio.
En fin, un jaleo de cosas tremendo. Por lo tanto…
“Compensa” más, para Jaime, engañar a Lola.
Porque el mapa es muy amplio, las áreas por descubrir muy variadas y llenas de incertidumbre y ‘vacíos’.
Esto es una explicación, no una justificación del comportamiento de Jaime.
Jaime ha sido un mierdas y eso no se lo quita nadie.
Pero en psicología lo que hacemos es EXPLICAR el comportamiento. Y si, los comportamientos así de feos también se pueden explicar.
En definitiva.
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Es broma.
Pero no es broma.
Ahora si. En definitiva…
Buscamos de manera constante explicaciones a todo. Y cada persona dará el salto verbal que más le sea conveniente en su contexto y a partir de su historia de vida. Lo que haya aprendido a decir(se) sobre el mundo y los eventos que le rodean.
Y esto es una habilidad muy adaptativa y necesaria. Entendemos el mundo por el significado que le otorgamos a los eventos que suceden. Pero puede jugarnos malas pasadas a nosotros y a los que nos rodean.
La narrativa que empleamos es nuestro mapa.
Un mapa con fronteras muy marcadas a veces, otras con límites más difusos, aunque siempre hay límites. Nuestro mapa nos muestra un terreno conocido, nunca inexplorado. El vacío, lo desconocido, llega antes o después.
¿Podemos asomarnos a nuevas zonas del mapa? Si.
Pero es una tarea como menciono arriba, incómoda. Se necesita práctica, ensayos que nos sirvan de aproximación a nuevos horizontes.
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