Ayer vi la película 'Parásitos', estrenada en 2019, que relata la historia de una familia pobre y sin trabajo que se ‘aprovecha’ de una familia rica para poder sobrevivir.
El título, ‘Parásitos’, en principio, hace referencia a la familia pobre. Personas que sufren injusticias y que viven en la pobreza que dejan de formar parte de un sistema basado en la producción y el consumo. Que no emprende ni crea riqueza, que se limita a (sobre)vivir a costa de los demás.
¿Se refiere a eso la peli?
A - ¿Quieres decir que por el hecho de haber ganado muchísimo dinero ya es una mala persona?
B - No. Tener mucho dinero no es sinónimo de ser una persona fea. Es el camino que tiene que recorrer esa persona para amasar tal fortuna el que está lleno de acciones cuestionables y reprobables. Esas acciones, claro está, se enmarcan dentro de una cultura orientada a explotarlo todo y competir por conseguir un mejor lugar que el resto.
A - Entonces, ¿le dirías a la gente que busca ser ‘exitosa’ que ese camino las convierte en malas personas y que deberían buscar otra manera de ganarse la vida?
B - Se me hace difícil ver qué hay de exitoso en lograr ascender a una posición que a otras personas ni se les ha mostrado como opción.
A - Bueno, ya sabes, con éxito me refiero a riqueza.
B - No es lo mismo. Riqueza es abundancia. El éxito, si es que existe una definición clara sobre el término, no corresponde solo a las personas ricas.
A - Vale, sí. Pero no es eso a lo que me refiero. ¿Crees de verdad que una persona debería dejar pasar la oportunidad de enriquecerse si se le presenta?
B - No lo sé. ¿Debería una persona enriquecerse de tal manera que eso favorezca una desigualdad injusta en el resto de la población?, ¿acaso es posible partir desde la misma casilla de salida y en las mismas condiciones todos a la vez y enriquecerse de la misma manera?, ¿se puede ser rico y no ponerse por encima de los demás haciéndolos siervos y empleados con la amenaza sobre su ‘libertad’ que ello conlleva?
Los parásitos son los ricos
Sí. Está claro que una familia que se aprovecha de otra con más recursos encaja con la definición de ‘parásito’. Según la R.A.E. (los señoros esos, sí), parásito sígnica ‘que vive a costa de otro, que vive a costa ajena’.
La familia pobre en la peli se aprovecha de la rica. Aprovecha una situación que se presenta para mejorar su calidad de vida. Podría decirse que son ‘parasitos’.
Pero voy más allá.
Parásito también significa ‘abusón, vividor’.
Según la acepción utilizada, los ‘parásitos’ pueden resultar ser unos y otros. La importancia del contexto para aclarar los hechos, mi comodín favorito.
A mí me gusta más esta segunda definición. Si la dotas de contexto, una palabra puede resultar en un significado totalmente distinto al que principalmente se asociaba.
‘Parásito’, que en primer lugar parece hacer referencia al ‘débil’, a quien se aprovecha de otros en mejores circunstancias y se alimenta de ellos sin llegar a matarlos, puede cambiar muy rápidamente de significado para referirse a ‘persona que abusa de su poder’ (por aquello de abusón), ‘persona que prioriza una colección de comodidades vitales impensables desde otros prismas sociales (por aquello de vividor), humano que deshumaniza y se aprovecha de su privilegio y riqueza para forzar a la clase menor a trabajar para si mismo (por aquello de parásito = vivir a costa ajena).
Entonces…¿quién se aprovecha de los demás?, ¿el pobre que busca migajas para sobrevivir o el rico que cree que puede comprarte pagándote horas extras sin tener en cuenta que ese día libre es importante para ti?
Bueno, eso si te paga las horas extra.
Quien se aprovecha es el rico
Y la gran mayoría pertenecemos a esa ‘familia pobre’. Aunque tengamos trabajo, no vivamos con dificultades para comprar comida o pagar facturas (mucha gente sí sufre esto), formamos parte de aquellos de quienes se aprovechan.
El CEO de tu compañía va a seguir permitiendo que se manden camiones a hacer entregas aunque diluvie, truene o caiga granizo. Por desgracia.
Su posición en la sociedad depende de que se mantenga la tuya.
Los parásitos necesitan a decenas de miles de personas trabajando para ellos, de otro modo, quedarían arruinados. Utilizan tu capacidad para trabajar y generar beneficios para reconocerte que eres un currela buenísimo, pero no pidas demasiado. Se aprovechan de tu necesidad para enriquecerse.
Los parásitos van a hacer todo lo que tengan que hacer (y lo van a justificar de cualquier manera) para perpetuar la desigualdad que les brinda adornos de diseño en su casa y celebraciones con tartas y regalos, mientras tú tienes que luchar por comer y te las ingenias para robarle señal Wi-Fi al vecino.
El parásito te necesita con vida y fuerte
Según el diccionario y otras fuentes, un ‘parásito’ te debilita sin llegar a matarte, porque necesita que sigas vivo para sobrevivir. Pero estos parásitos van a vivir a tu costa hasta que desfallezcas. Este tipo de parasitismo mata.
Te aprietan y te exprimen hasta que colapsas.
Ansiedad y depresión. Medícate. Pero ven a currar.
Ansiedad y depresión. Pides la baja.
Mejoras y vuelves al trabajo. Te echan porque se han dado cuenta que pueden chuparle la sangre más a otra persona que (de momento) cumple y así se ahorran tu nómina.
Ansiedad y depresión. Aislamiento.
Suicidio.
El parásito rico mata.
Que acumular riqueza de manera desmedida, beneficiando a unos y perpetuando sistemáticamente la desigualdad en otros empuja a las personas a morir no es una cosa que yo me esté inventando aquí de gratis. Igual si que es el final más jodido, pero existe.
Para los que aún no se les ha empujado a morir, medicación.
O terapia. Que se la paguen con los 10 céntimos que les sobra al mes.

El enemigo común
El enemigo de los pobres no son otros pobres, son los parasitos ricos.
No voy a poner aquí un gráfico que refleje la distribución de la riqueza en el mundo. ¿Para qué? Ya sabemos que es desigual de la hostia y que muy pocas personas manejan la mayoría del dinero del mundo.
Y se reparten huéspedes. Parasitan todo lo que les rodea.
Unos pocos viven de manera excesivamente privilegiada y luego estamos todos los demás. Y dentro de ‘los demás’, están esas que viven con ‘normalidad’ y las que pasan hambre. Y es más fácil de lo que te crees ser quien pasa hambre.
Tu enemigo no es quien pasa hambre y quiere dejar de pasarla
Quien presenta una amenaza a la posibilidad de que tú empieces a vivir peor no es el M.E.N.A (menor no acompañado) que el Estado acoge para recibir un hogar, una alimentación adecuada, educación y vida en sociedad. Un MENA es una persona menor de edad que busca encontrar su lugar en el mundo.
La amenaza es el parásito que se aprovecha de ti y todos los demás para perpetuar la desigualdad en beneficio de su fiesta de cumpleaños en un yate de 100 millones. Lo que no vas a ganar tú en la puta vida.
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