Ser un tío es salir a la calle e ir tranquilo a hacer tus cosas. Caminar por tu ciudad y disfrutar del ambiente. Que pase una tía y mirarla de arriba a abajo. ‘Esta buena’, piensas, cuando ella pasa, y te giras y le miras el culo. Supongo que eso te reporta algún tipo de excitación o satisfacción visual. Qué gusto pasear por el barrio, ¿verdad?
Pero ellas van mirando al suelo evitando cualquier contacto visual con mierdas como tú que la incomodan por el simple hecho de existir e ir caminando por la vía pública. Ser una tía es salir a la calle y que te miren tíos de todas las edades desde que tienes 14 años. Es una cosa a la que se acostumbran (o igual no terminan de hacerlo nunca) pero es incómoda de la hostia.
Por supuesto, yo soy un tío. Y no vengo hoy a hablar en nombre de la verdad ni del feminismo, eso sería ejercer de macho ‘premium’. Lo que sí me gustaría hacer es usar mi espacio para señalar.
Comportarse de manera machista es tan normal en todos sitios que, o te pones y te responsabilizas, o te dejas llevar y caes en participar en el machismo y justificándote para no perder tus privilegios de tío.
Porque ser un tío en esta sociedad no es fácil, es facilísimo.
Y quiero poner ejemplos. Porque lo veo todo el rato. En mis propios colegas, en gente no tan cercana pero habitual de mi entorno. En instituciones. En la derecha, en la izquierda. Está por todos lados.
Es muy fácil ver un chiste machista de tu colega en tu grupo de Whastapp y no decir nada. Porque señalar que eso está feísimo va seguido de reproches “no es para tanto”, “solo es humor”, “estás exagerando”… Son tus propios colegas poniéndote un muro firme para sostener su posición dominante de hombres en la sociedad. ‘Aquí se bromea de lo que nos sale de los cojones a nosotros aunque eso pueda resultar super violento para otras personas’. No te dicen esto último, pero eso es lo que está pasando.
Volver de fiesta borracho sin saber ni cómo has podido llegar a la cama es una odisea, pero facilísimo si eres un tío. Pero para ellas no es tan fácil. Muchas mujeres llaman a sus amigas mientras van de camino a casa. O buscan las calles más iluminadas y con más tránsito de personas para sentirse más seguras. Aunque tarden un rato más en llegar a casa les compensa porque tienen miedo. Seguro que lo has visto si te has relacionado mínimamente con mujeres. ¿Y por qué tienen miedo? Piensa, hermano.
Ser un cuñado de tres pares de cojones es facilísimo. Suelto la broma más utilizada del universo para reírnos un poco ‘jejeje’, y sigo con mi vida. Pues no, colega, está feo de la hostia que le digas a tu amigo que se va a casar: “No sé si darte la enhorabuena o el pésame”. Está feo de la hostia porque estás dando a entender que tu colega, que decide casarse con su novia, está apunto de entrar en un periodo de sufrimiento por el hecho de… ¿me puedes aclarar exactamente qué?, ¿estar con su mujer tan a gusto?
Asociar la mujer a algo negativo, que te limita como ser humano o te hace sufrir es de puto cuñado y ademas de ser machista de cojones. Perpetuar esta dinámica es tu elección cuando haces eso. Cambiarla es una responsabilidad que no estás ejerciendo. Y si leyendo esto te surge el pensamiento de “Alfon, no es para tanto”, estás repitiendo el patrón del punto 1. Responsabilízate antes de excusarte.
Cuando piensas en tener hijos y dices: “yo quiero un niño, si me sale una cría me muero”. ¿Qué te crees que estás haciendo? Sabes que ser una mujer en la sociedad es sufrir el machismo. Desde antes de que tu hija nazca, sabes que va a sufrir por ello. Sabes que a las mujeres se las trata mal porque son mujeres y no por otra cosa. Porque tu posible hija, que ni existe, es imposible que vaya a sufrir por otra cosa que por ser eso, mujer. No tienes otra opción que reconocerlo. Se trata mal a las mujeres porque es algo estructural. Es una dinámica de poder y violencia que se ejerce sistemáticamente de hombres a mujeres. En el caso de tu ‘no hija’ no puedes buscar enrevesadas maneras de responsabilizar a la víctima, que es lo que van a intentar hacer los tíos cuando tu hija tenga 20 años.
Culpar a las tías es facilísimo. Y te mantiene en tu lugar como tío en la sociedad. Puedo ejercer violencia porque son ellas las que se lo están buscando. Si piensas que una mujer por ir de fiesta con desconocidos acaba violada por su propia culpa, seguramente no estás leyendo esto. Y ese es el problema, que te la suda cambiar porque el problema para tí no es el comportamiento machista, sino las demás que se han subido a la parra y están pidiendo cosas imposibles.
A ti lo que te importa es poder seguir accediendo a todo eso que ser un tío te permite: decir lo que te apetezca, tocar cuerpos, mantener relaciones, en fin… No vas a admitir que ejerces violencia machista porque decirte que eres violento te supone un mal trago y te deberías plantear quién coño eres y qué cojones estás haciendo. Es más fácil culparlas a ellas.
Insistir violentamente en que denuncien y digan los nombres de sus agresores para luego ponerlas en duda es fácil para ti, que eres un tío. Para ellas puede ser terrorífico. Porque han visto como otras mujeres denunciaban y se les ponía en el foco a ellas y su versión y no al agresor y los hechos perpetrados por él. Si encima, ese tío ocupa una posición de poder con respecto a ella (mayor estatus, cargo de poder, famoso, influyente…), apaga y vámonos. Se mezcla todo y da lugar al ‘cocktail’ perfecto de invalidación y re-victimización de la persona que sufre la agresión machista en lugar de lo que debería ocurrir si no se ejerciera machismo, que es señalar al agresor y sus actos.
¿Cuántos tíos hay en puestos de poder?, ¿cuántos tíos van a dar charlas en actos públicos?, ¿cuántos tíos hay entrenando equipos deportivos?, ¿cuántos tíos hay en todos sitios?, ¿y mujeres? Los tíos ocupamos más espacio, hablamos más de todo sin saber e interrumpimos más a las mujeres, tocamos más ámbitos, nos equivocamos y se nos permite más. En fin, que el mundo está hecho por y para los hombres. No me invento cosas. Puedes leer sobre ello en el libro 'La mujer invisible' , que te dejo aquí en PDF. Hay muchos más libros pero eso ya te dejo a ti que lo busques.
He puesto varios ejemplos pero hay cientos, miles. Todos ellos reflejan que los tíos vivimos más fácil. El contexto nos lo permite. Y nosotros, como parte de ese contexto, lo permitimos y perpetuamos egoístamente dejando en segundo lugar a las mujeres.
“Ya se están pasando las feministas estas”. Escucharás por ahí. Eso es un payuflo intentando no perder su posición de privilegio. Si te identificas con eso. Sorry amigo porque #SeAcabó. Y si no te lo crees, te animo a visitar el espacio de 'Cristina Fallarás en IG'.
Las tías se han tenido que unir y de manera anónima denunciar todas las mierdas que les hacemos los hombres porque si es por los hombres, acaban de nuevo en la cocina y sin poder manejar su propio dinero. (De ahí venimos, sí, amigo).
Los tíos tenemos que ponernos las pilas pero que flipas.
Yo también he llevado a cabo conductas machistas. He sido un mierdas. Me he comportado de manera muy fea y no tengo justificación ninguna.
Y hace tiempo elegí parar. Empecé a dirigirme hacia otra forma de comportarme.
Elegí escuchar a las mujeres con la intención de comprenderlas de verdad. Para enterarme de su realidad. Porque esto no va de si a ti, ‘Machoman’, te cuadra o no. Esto va de la vida de otras personas que no son tú. Que no eres el centro del mundo. Que el mundo no gira en torno a ti y tus apetencias.
Elegí escuchar e imitar a otras personas de referencia en el mundo del feminismo.
Elegí leer a mujeres.
Sigo a mujeres influyentes, mujeres artistas, mujeres presentadoras, mujeres periodistas.
Elegí señalar a colegas y sigo haciéndolo, no con mucho éxito, la verdad.
Elijo cada día intentar ser mejor y acercarme al feminismo.
Es difícil porque te cuestionas todo el rato a ti mismo. A veces no sabes si estas haciendo las cosas bien.
Pero es lo correcto porque se trata de respetar los derechos de las mujeres. Tampoco busques ahora ser galardonado por acercarte al feminismo. No hay premios por ser decente. Hay una parte de dejar de comportarse de manera machista que es dura y sufres. Pues sí, darse cuenta de que has sido una mierda es jodido. Pero…
Más difícil es para ellas vivir oprimidas de esta manera.
Que ser un tío sea tan fácil con respecto a las mujeres no es consecuencia de una mejor habilidad para adaptarnos al entorno. Se trata de una dinámica de poder y abuso ejercida desde la violencia que puede ser más o menos evidente.
El que minimiza el daño que un chiste puede hacer, da pie a normalizar violencia contra las mujeres.
Quien normaliza un discurso que asocia a las mujeres a algo negativo, es mas probable que actúe en detrimento de ellas.
Si se justifican conductas como tocar o besar sin consentimiento se lleva a cabo una agresión que no se percibe como tal.
Y así podemos seguir hasta el caso de 'Gisèle Pelicot' Una mujer que es drogada por su marido y violada por decenas de hombres voluntarios de todas las edades, profesiones y en definitiva ‘gente normal’ que está por todos lados.
Como Íñigo Errejón, o como Dani Álves.
O como el tío que conoces que pegó a su novia y luego la acosó meses y meses.
O como tú y como yo.
Si no te responsabilizas contigo y con tu entorno. Si no buscas mejorar tu manera de relacionarte con las mujeres y con el mundo, eres violento.
Ejerces violencia.
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