Hoy vengo a contarte una historia sobre la amistad y la decepción.
Un puto lunes, sí.
Bueno, es más bien un análisis sobre las relaciones interpersonales. Nada que ver con hechos autobiográficos (ejem).
Que igual el problema soy yo que pido mucho y no los demás
Quieto ahí. Para.
Si tu relación con tus amigos te hace pensar eso, ya es más que suficiente para plantearte RE-UBICAR a la peña que te rodea.
La palabra amistad significa mucho y se utiliza muy a la ligera en estos tiempos. Seguirme en IG no es ser mi amigo. Amistad implica una de cosas que pa’ qué. Y cada relación de amistad tiene que llegar a acuerdos propios de esa relación. Esto es como con las parejas.
Si no tienes acuerdos con tus amigos, si todo vale, si nada es firme, ¿cómo va a satisfacer mi expectativa y necesidades una persona a la que todo le importa siete cojones? No se puede.
Amigos, para mí, es tiempo, cuidados, interacciones buenas y no tan buenas pero satisfactorias, respeto, verdad, escucha, muchas cosas más. Cada pareja de amigos que acuerde sus mínimos para serlo.
Pero claro, aquí pasa una cosa.
Tú haces amigos a lo largo de tu vida y los acuerdos no se hacen de manera explícita. Se siguen unas normas no escritas. Se mencionan indirectamente mientras la relación se fragua…
Valores como la ‘lealtad’ y el ‘respeto’ aparecen en todos sitios. Luego hay que pasar del dicho al hecho, claro. Pero bueno, eso es otro tema.
Los años pasan, tu tienes tu círculo de amigos más o menos hecho. Los de toda la vida, los que encuentras por el camino o los que acaban de llegar.
Mucha gente ya se ha ido. Muchas personas pasan y no se quedan, eso a veces te afecta más, otras menos, y tú sigues con tu vida.
Pero un día, después de meses…
La balanza se inclina hacia el lado de la insatisfacción
Tus amigos no satisfacen tus necesidades y tu relación con ellos se ve afectada.
Igual pasan meses de esto y no has tomado cartas en el asunto. Sigues viéndolos pero ni fú ni fá. Total, qué voy a hacer, si son ‘mis amigos’.
Fruto de la insatisfacción, la relación se va debilitando, enfriando, no sé como llamarlo. Te das cuenta de que tus amigos no están en el top como te gustaría. Se acercan a gente del montón. Son personas con las que tienes más confianza, sí, pero ya no es tan guay juntarte con ellos.
Que te cuestiones las relaciones que tienes es bueno
Es bueno e importante cuestionarte si una relación en concreto merece más importancia o menos. Las emociones son señales, nos advierten de algo que está pasando. Es importante ver cuándo surgen y buscar posibles alternativas. Si los sentimientos más frecuentes al interactuar con una ‘amistad’ son negativos, una posible alternativa es tomar distancia, relegar a un segundo plano a esa persona o, claro está, mandarla a la mierda. Esa opción siempre está ahí.
Pero hoy vengo aquí con una alternativa intermedia.
RE-UBICAR a la peña es posible, sano para tí y probablemente menos ‘aversivo’ y más satisfactorio que mandar a todo el mundo a la mierda todo el rato. Eso siempre estás a tiempo de hacerlo.
Somos seres sociales. Eso quiere decir que hay una interdependencia entre individuos a la hora de satisfacer ciertas necesidades. No podemos mandar a todo dios a la mierda por todo continuamente.
Así que te empiezas a cuestionar las relaciones que tienes para buscar alternativas.
Tu mejor amigo puede pasar a un plano de menor importancia | Deja necesidades sin cubrir, pero puede cubrir otras
Igual pasas un tiempo sin tener alguien con quien compartir cosas muy íntimas y obtener apoyo y desahogo, o sin poder compartir intereses muy concretos.
Pero si has RE-UBICADO a esa persona, por algo será. Mantener relaciones que te hacen sufrir a cambio de obtener de manera esporádica migajas a cambio, no merece la pena. Aunque aquí eres tú quien pone el límite.
Los límites, qué poderosos pueden ser y qué mal los utilizamos.
Los límites son para tí, no para los demás
Llevas semanas o meses recibiendo esas migajas. Los planes que hacéis te aburren, no se habla de cosas que te parezcan interesantes y te hace sentir mal que no se pongan en valor ciertas actitudes que tú estás interesado en representar y que quieres ver de vuelta (hablar de ‘respeto’ muy bien pero ya ejercerlo es otra cosa). Los valores que rigen vuestra vida no coinciden y llegar a acuerdos no es viable o no os habéis puesto a negociar sobre ello.
Los sentimientos de decepción llegan y tú has permitido llegar a este momento.
El límite lo has traspasado tú que has llegado a este momento ubicando a la gente en todo lo alto y central de la pirámide a pesar de lo poco que te retornan positivo y lo mucho que te devuelven negativo.
Si, los demás son unos capullos, van a lo suyo. Pero tu vida es tu vida, quien decide eres tú. Hay espacio para lamentarse, ponerse triste, llorar, frustrarse, para lo que quieras. Pero hay una parte de la socialización que depende de ti, y eso es lo que puedes cambiar. RE-UBICAR va a ser fundamental para restablecer tus necesidades básicas y acercarte a quien si pueda cubrirlas.
RE-UBICAR es doloroso. Implica un ‘duelo’. Pero también implica ajustar expectativas. Adaptarlas a la realidad de las circunstancias para acceder a sentimientos más agradables.
No hay peor hostia que las de unas expectativas altas que no se cumplen. A mayor altura, mayor es la hostia, quién iba a decirlo, ¿verdad?
Y peor aún es quedarte quieto y no buscar una alternativa. Empeñarse en alcanzar expectativas incoherentes con la realidad de tu situación y sin unos cimientos estables solo te va a llevar a ahogarte en arenas movedizas.
Tus amigos pueden dejar de serlo para ser colegas, o bien para desaparecer del mapa
RE-UBICAR a la gente es algo costoso (a veces más y otras menos), pero es necesario. La opción contraria es tragar cosas que no te gustan. Allá tú con tus límites.
Si no sabes dónde ubicar a alguien, pues poco a poco. Puedes ir probando y viendo que tal se dan las cosas en diferentes intensidades, ritmos, formas y planes. Si lo has intentado y no hay manera, te animo a que mandes a la mierda a esa persona que no te aporta nada, o mas bien, que te aporta cosas feas todo el rato. Con respeto, claro está, que la mierda no tiene la culpa de que existan capullos de tal calibre.
Pásale este texto a tus amigos. A ver si espabilan, joder.
Besos <3