No se puede ‘no hacer nada’.

Aunque lo verbalizamos muy a menudo, ‘no hacer nada’ no es posible. Todo el rato existimos y nos comportamos. Hasta el comportamiento más pasivo requiere atención. Atender, prestar atención es comportarse. Puedes aparentar una tranquilidad pasmosa desde fuera y por dentro estar viviendo torbellinos.
La constante vorágine de eventos que se suceden, hacen de la vida un lugar (a veces) tórrido del que apetece aislarse. Detenerse para luego volver a engancharse a un ritmo extenuante que no cesa. Pero…
No es posible parar.
No puedes detenerte un ratito para descansar y luego seguir.
La única forma de descansar es matarse o morirse. O dormir.
En ocasiones dormir tampoco, porque sueñas y vives dormido lo que despierto te hace estar aturdido.
Últimamente me he sorprendido a mí mismo diciendo que no me apetece soñar tanto. Quisiera no estar, por un rato, a merced del orden desordenado de las cosas. Es que la vida es un puto caos y cuando se está bien, qué bien se está, pero cuando se pasa mal…
Cree este lugar en Internet para dar espacio a todo tipo de emociones. Pero no paro de compartir las que me gusta menos experimentar. Las desagradables.
Sentirse mal por no sentirse bien. Porque sentirse mal y punto no es suficiente.
Sentirse bien por estar mal. Creo que suena mejor así. Que me sienta mal por algo es normal, está bien. Me gusta más creer que estoy bien pero me pasan cosas que me hacen sentir mal. Y eso no significa nada. Ni bueno ni malo.
La tendencia a llamar bien, mal, bueno, malo, mejor, peor, suficiente, normal…, a lo que experimentamos, limita enormemente a qué tipo de experiencias nos asomamos con curiosidad.
Sentir todo tipo de emociones en un corto periodo de tiempo es algo relativamente frecuente. Te pasan cosas y reaccionas alegrándote, entristeciéndote, enfadándote o experimentando satisfacción.
Pero el espacio que dejamos a cada emoción que sentimos es muy diferente. Nos acercamos sistemáticamente a lo experimentado como agradable y nos alejamos más firmemente si cabe de lo que percibimos desagradable.
La cuestión es… ¿actuando así nos dirigimos hacia donde queremos?
PD: hoy he dormido que flipas, no he soñado y me siento descansado.